Entrevistas

Este apartado recoge las entrevistas realizadas a los conferenciantes que participaron en el Homenaje a Alberto Gil Novales, 6 de mayo de 2022.

Manuel Chust Calero. Catedrático de Historia Contemporánea. Universitat Jaume I

-¿Cuáles fueron los mayores logros del Trienio Liberal por su trascendencia para el devenir histórico de España?

El Trienio Liberal supone un antes y un después dentro del contexto de la monarquía absoluta tanto en España como en Europa. Dentro de la década de los años 20 es el primer momento en que un Estado se lanza a restablecer una Constitución liberal y a iniciar un camino parlamentario, porque no hay que olvidar que el contexto es el de la restauración de la Santa Alianza y del Congreso de Viena después de la derrota de Napoleón. En ese sentido, lo que van a hacer es poner en marcha la Constitución, que entre 1812 y 1814 no se había podido desarrollar, y empezar a decretar una serie de libertades, hechos que van a ser emblemáticos tanto en Europa como en América. El eco del Trienio Liberal va a reflejarse en Portugal, en Nápoles y en Sicilia, llegará hasta Rusia y, por supuesto, en América Latina. Supuso una actividad parlamentaria magnífica, en donde se forma una división del liberalismo entre exaltados y moderados y donde empieza una reforma a muchos niveles: educación, libertad de expresión, desamortizaciones en la Iglesia de las órdenes regulares, y queda la cuestión de América, qué hacer con América, porque van desarrollándose en unos movimientos triunfantes insurgentes.

-En tiempos en los que se cuestiona en determinados ámbitos la importancia de la memoria histórica, ¿qué papel tienen que jugar encuentros especializados como el Congreso Internacional «El Trienio Liberal doscientos años después»?

En los últimos veinte o veinticinco años el siglo XIX español es una parte de la historia española que ha quedado olvidada, especialmente, a mi forma de ver, la primera mitad. Son los orígenes parlamentarios y constitucionales no solamente de España, sino también de bastantes países hispanoamericanos y con influencias en el constitucionalismo europeo. En ese sentido es una vuelta a rescatar los padres de la patria constitucionales y parlamentarios. Creo que ha habido una lectura de la historia contemporánea de España predominantemente militarista, de pronunciamientos, de golpes de estado, de anarquía, de vaivenes, sin embargo si nos fijamos en estos diputados en toda su labor legislativa y constitucional es de una envergadura tremenda. Si vemos el panorama de Europa en esos años, estaba dominada por el absolutismo, a excepción de Inglaterra, que era una monarquía muy moderada. Hay que rescatar la visión de una España parlamentaria, constitucional y que influye a Europa y a Hispanoamérica y no la visión que ha dominado de una España inestable, invertebrada, militarista, con pronunciamientos que, sin dejar de ser verdad, creo que ha opacado a la otra.

-Una de las sesiones ahondará en la formación cívica de los ciudadanos durante el periodo. ¿Esa formación en valores constitucionales puede explicar que solo gracias a la intervención extranjera pudiese restaurarse el absolutismo?

Claro. En realidad el Trienio Liberal no fracasó, el Trienio Liberal fue derrotado. Y fue derrotado por un ejército muy superior al español y con la connivencia clara del rey, de poderes fácticos y de una parte de la oficialidad del ejército español que seguía siendo absolutista.

-¿Está satisfecho con el programa del Congreso?

Mucho. Se han hecho actos oficiales en conmemoración de este momento en Portugal, en Italia, por supuesto en México, en Centroamérica, en Perú... en el contexto de sus independencias. El Estado español debía conmemorar, no en el sentido solamente de celebración, sino en el de recordar, poner en valor por los profesionales, historiadores, historiadores del derecho, gente de la cultura en un sentido amplio, esos orígenes constitucionales y parlamentarios que tuvo España y que irradió en Europa en el contexto adverso militar, ideológico, religioso... del absolutismo; sin olvidar la trascendencia que esto tuvo en América Latina, especialmente en México, Centroamérica y Perú, como origen de sus estados-naciones y como origen de sus sistemas parlamentarios. Hay que recordar que hubo diputados americanos que llegaron a las Cortes de Madrid, especialmente en los años 1820 y 1821.

Emilio La Parra López. Catedrático de Historia Contemporánea. Universitat d'Alacant

-En los agradecimientos de su libro Fernando VII. Un rey deseado y detestado, señala «la extraordinaria ayuda para la investigación que supone el magnífico Diccionario biográfico de España (1808-1833) del recordado Alberto Gil Novales». ¿Se ha valorado suficientemente la aportación del profesor Alberto Gil Novales a los estudios sobre el Trienio Liberal?

Sí. Primero porque fue uno de los pioneros en el estudio del Trienio; en segundo lugar, porque abordó un aspecto, el de las sociedades patrióticas, como el embrión de los partidos políticos en España; y en tercer lugar, porque Gil Novales ha hecho una aportación documental, sobre todo bibliográfica, extraordinaria para el conocimiento del Trienio en general y, en particular, aparte de las sociedades patrióticas, de la figura de Rafael del Riego, persona clave. Ha sido muy valorado, sigue siendo muy citado en todos los estudios científicos que se hacen sobre el Trienio. Por otra parte, con el Diccionario biográfico nos ha hecho un favor a todos los historiadores, porque nos ofrece una cantidad de datos y de referencias bibliográficas sobre todo de personajes.

-Como especialista en Fernando VII, considera que ¿el Trienio Liberal obligó a cambiar en parte la política posterior del monarca?

Creo que no, porque Fernando VII asumió el comienzo del Trienio, el restablecimiento de la Constitución, como un acto en contra de sus deseos, algo que él de ninguna de las maneras pretendía que se estableciera en España. En consecuencia, lo único que supone para él, desde mi punto de vista, es, en primer lugar, una molestia radical; desde el primer instante maniobra para acabar con el régimen constitucional. Por otra parte, quizá acentuó un tanto su inquina hacia los liberarles, que ya era mucha la que tenía. Eso sí, supuso un serio contratiempo para él, una incomodidad manifiesta.

Mª Cruz Romeo Mateo. Catedrática de Historia Contemporánea. Universitat de València

Sobre si se ha valorado suficiente a Gil Novales, considera que sí, con un matiz: «Creo que el Diccionario biográfico, primero porque no tenemos costumbre en España de tener estas herramientas, que hacen falta y no suelen ser muy valorados, no se ha valorado suficientemente, este y otros que hizo pasan un poco desapercibidos».

Sobre la importancia de congresos como «El Trienio Liberal doscientos años después».

«En general, los congresos, si están bien organizados y plantean un problema histórico, impulsan la investigación. En el caso del Trienio Liberal, mi idea es que ha tenido una mala prensa historiográfica, no ha tenido suerte historiográfica. Precisamente Gil Novales es el historiador del Trienio Liberal porque en su momento no había mucho y lo que se decía tenía mucho que ver con planteamientos de otras corrientes historiográficas y en el mundo del franquismo. El Trienio fue incómodo para los propios liberales, porque la movilización condicionó al liberalismo. La herencia del Trienio no fue asumida por el liberalismo en su conjunto y eso sí que ha marcado la historiografía, tanto para denigrar el trienio como para saltarlo. El congreso puede ayudar a replantear todos estos asuntos y facilitar el abrir nuevas vías».

Mayores logros del Trienio:

«Fue fundamental para la conformación del liberalismo, para lo que tenía que ser un sistema liberal con unos derechos y unos códigos, es introducir la modernidad política, eliminar los privilegios, hacer realidad la Constitución del 12».

Jose Manuel Sánchez Saudinos, profesor de Derecho Institucional Carlos III

Principales logros del Trienio:

«El Trienio es un intento de recuperar la Constitución de Cádiz y volver a tomar la senda del liberalismo que se ha había interrumpido con la vuelta de Fernando VII en 1814 y el Manifiesto de los Persas, intentar una vía liberal-constitucional en España en consonancia con lo que había comenzado en las Cortes de Cádiz»

Sobre el papel de este tipo de Congresos en tiempos en los que se cuestiona la memoria histórica:

«En España nos hemos volcado mucho en pensar lo que fue la guerra civil y la represión posterior, la larga dictadura, sin fijarnos a veces demasiado en nuestro siglo XIX. Éramos una nación que iba en paralelo a otras europeas en un proceso no diré de democratización, porque no había un sufragio universal, pero sí en esa línea con sus anomalías, con sus problemas, de luchar por un estado constitucional. Hay que volver los ojos a toda esa etapa, al sigo XIX.

Valoración de la figura de Gil Novales (colaboró con él en el Ateneo)

Cree que no se le ha valorado lo suficiente.

«Fue una persona clave en toda la historiografía de una época, una persona con un estilo un poco anglosajón, en el sentido de un investigador, una persona muy próxima a la gente que empezaba, pero no era un conspirador ni pretendía crear una escuela de investigadores para crecer»

Antonio Elorza Domínguez. Catedrático de Ciencia Política

Sobre la aportación de Gil Novales a la historiografía del Trienio:

«Es una aportación doble. Por una parte, un estilo de trabajo que como suele ocurrir en estos casos está un poco sepultada por la magnitud de su obra; y por otra parte, una obra decisiva para el conocimiento de uno de los periodos que él ha descubierto claves de la historia de España contemporánea, que es el Trienio Liberal»

¿Ha sido reconocido?

«Sí. El Trienio Liberal era un poco el hermano pobre de la historia del liberalismo español. Existía esa imagen de las Cortes de Cádiz, Fernando VII... y luego una especie de paréntesis que se suicida, que con su exaltación, con su radicalismo, cava su propia tumba; una imagen parecida a la que ahora se está creando de la II República. Entonces la respuesta de Alberto es la del análisis histórico. El Trienio no su hunde porque se hundiera, sino porque vienen los Cien Mil Hijos de San Luis, una intervención exterior que lo derrumba. Y, sobre todo, su labor es descubrir y resaltar que es un periodo capital de participación política, que queda frustrado como tantas cosas en la historia de España. La sociedad se politiza, cosa que no había sucedido en Cádiz, los problemas están en el espacio público y se buscan los instrumentos para esa participación, que son las sociedades patrióticas. Es un momento revolucionario en el doble sentido de tratar de hacer la revolución que solo se esbozó en Cádiz, pero una revolución para el pueblo, para los intereses colectivos, y, por otra parte, crear los instrumentos todavía incipientes para esa transformación. Creo que es una labor ejemplar la que hace Gil Novales, que enlaza con su idea del ciudadano, por eso se entusiasma con Machado y por eso reivindica a Riego. (...) Su obra, enorme, el Diccionario biográfico, primero del Trienio, luego de 1808-1833, son miles de fichas que están ahí. ¿Qué sentido tienen? Contribuir a la historia, sí, pero sobre todo crear la plataforma para que otros historiadores puedan después abordar este quehacer colectivo. Él piensa que la historia no es una maestra de la vida pero explica las condiciones para que las esperanzas de los hombres puedan realizarse».

¿Qué papel puede jugar el Congreso Internacional «El Trienio Liberar doscientos años después en la imagen de ese periodo?

«Seguir investigando el Trienio Liberal y vincularlo con el fenómeno europeo. Portugal también tiene su Trienio. En ese momento se habla de la Santa Alianza y brotes en España, etc., pero es la alternativa a la Santa Alianza, la alternativa liberal democrática a un predominio de la reacción absolutista, y esto es algo que Gil Novales planteó y en lo que hay que seguir.

Centro de Estudios Políticos y Constitucionales